Un familiar suyo ha solicitado un préstamo para iniciar un emprendimiento, y el banco le ha pedido un garante de crédito. Su familiar le pregunta si podría asumir esa responsabilidad. ¿Cree que debería hacerlo?
¡Bien! Es fundamental evaluar las capacidades y los riesgos que conlleva asumir una garantía o ser garante. Esto implica aceptar la obligación de pagar la deuda en caso de que el deudor no pueda hacerlo, lo que podría poner en riesgo su patrimonio.
Cuando una persona se compromete a ser garante, asume la obligación de la deuda como si fuera propia, lo que puede afectarla desde el momento de la firma o en el futuro. Antes de aceptar, es importante evaluar su capacidad financiera y el riesgo que podría correr su patrimonio. Tomarse el tiempo para reflexionar sobre estas implicaciones puede ayudar a evitar problemas económicos más adelante.